Nikon lanza al mercado la nueva Df, una cámara réflex al más puro estilo retro que usa el mismo sensor que su hermana la D4. Su apariencia recuerda las antiguas Nikon de 35mm. Una auténtica joya de la tecnología.
El elevado rendimiento de esta cámara, que dispone de un tiempo de encendido de 0,14 segundos, un retardo de obturador de 0,052 segundos y una ráfaga de tiraje de 5,5 fotografías por segundos, la sitúa entre una de las cámaras con más ventajas del mercado fotográfico actual.
El diseño retro de los controles de la Nikon Df es lo que más destaca de su diseño. Además, puede ajustar la sensibilidad ISO, la compensación de exposición, el modo de exposición y el modo de disparo de una forma totalmente independiente, otorgando un absoluto control de los parámetros más relevantes para poder capturar imágenes estáticas sin tener que usar el menú de la cámara.
En el centro de la cámara, podemos encontrar el sensor CMOS de formato FX con 16,2 megapíxeles así como el procesador de imágenes EXpeed 3 que usa su antecesora, la D4, siendo esta la única semejanza con la cámara profesional de Nikon.
Dicho sensor, asegura la perfecta saturación de los colores, fidelizando la realidad y respetando la profundidad natural. Es capaz de disparar en el extremo superior del rango ISO, alcanzando la ISO 204.800.
La Nikon Df pesa 710 gramos sin la batería, está sellada para aguantar la humedad y el polvo y respeta el diseño original de las antiguas Nikon F2 y F3 en los diales mecánicos y el panel superior plano. Dotada de una palanca de acoplamiento del exposímetros, es capaz de funcionar sin los objetivos Nikkor vintage sin AI.
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