La comedia, el género dramático con final feliz

La comedia es un género dramático que propone cambiar el sentimiento trágico de la vida por la felicidad y la esperanza

Una obra de teatro se podría resumir así: dos personajes se encuentran por un incidente; se origina un conflicto que genera una incertidumbre sobre cómo se van a desarrollar los hechos y cuál será el desenlace. En la comedia el incidente debe ser lo suficientemente relevante como para despertar el interés de la audiencia. Los personajes luchan por conseguir sus objetivos con fuerza e intensidad, pero sin el elemento inevitable de la tragedia.

Comedia y Tragedia: las dos caras del género dramático

En general, la comedia habla del sentimiento cómico de la vida, no del trágico. Así, lo “cómico” tiene algunos elementos diferenciadores. Por ejemplo, los personajes enfrentan situaciones dramáticas limites a las que responden de una manera poco ejemplar, caótica o fuera de los parámetros morales e ideológicos.

En la comedia se suele esperar la complicidad del espectador; se busca, de alguna manera, establecer una corriente comunicativa y participativa.

En la tragedia interesa la visión desde los hondos estados del alma; mientras que, en la comedia, esta visión se obtiene desde afuera. Se ridiculiza la fragilidad humana, los miedos, hasta el tamaño de la realidad misma. La finalidad de la comedia va más allá de simple entretenimiento; nos pone frente a ese ridículo para darle un sentido a la existencia humana.

Hay corrientes que sostienen que la esencia del humor de la comedia radica en mostrar los desajustes entre los seres humanos y su medio. El efecto de la comedia puede percibirse en la reducción de la angustia que producen los miedos, la soberbia, la hipocresía o el engaño. Así, una de las grandes aportaciones de la comedia es que nos muestra como somos, a pesar de los prejuicios que tenemos sobre nosotros mismos.

La comedia es un género liberador

La comedia es el arte de desengañar o desenmascarar nuestra personalidad, la sociedad en la que vivimos, nuestra ideología, la mentira y los esquemas comunicativos. En este sentido, la comedia es liberadora. Obliga al individuo a enfrentarse a los obstáculos que la vida pone en su camino. En la comedia se permite al personaje huir y eludir al enemigo, en lugar de salir a su encuentro.

Los moralistas son los principales detractores de la comedia y lo cómico, porque aquellos defienden, en primera instancia, la supervivencia de la moral. También suelen ser tradicionalmente hostiles los ideólogos, quienes ven con enfado el desmantelamiento de las estructuras ideológicas y culturales. Por eso, a la buena comedia nunca le ha faltado público, ya que este la necesita como elemento de compensación frente a las presiones y opresiones sufridas.